Reflexiones desde un punto de vista personalista comunitario.

26. T. O. 2022 C Lc 6, 11-16

¿Ocultamos la llamada del Dios de los pobres? ¿Qué actitud adoptamos ante el pobre? El pecado se describe en el darse la gran vida dando la espalda al sufrimiento de los pobres. Insensibilidad e indiferencia. En este relato del evangelio de san Lucas no se trata de la administración de bienes ajenos, sino del uso que hace el propietario de sus bienes y de cómo nos situamos ante el sufrimiento del pobre suplicante.

Quien añade conocimiento, añade sufrimiento, dice el sabio bíblico. Parece que es un hecho constatable que, quien más conoce, más compadece. Quizás también sea al revés, quien más compadece, más conoce. El conocimiento, sobre todo de las personas, va unido al amor con que se las mira y se las trata. Nadie conoce bien a quien no ama. Ni siquiera amando se puede conocer a una persona. La persona requiere de su propia revelación y de la confianza en ella de quien la escucha.

Pero, el amar conlleva la consecuencia de compadecer, y esto afecta al bien y al mal. ¡Bendito sea!

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Hoy en día esta palabra está de moda, ocupa todos los medios de comunicación y aún más, ocupa el sentimiento generalizado de todas las personas a excepción de aquellas que no la pueden percibir precisamente por ser para ellas su estado de normalidad. Supongo que no preciso extenderme en explicaciones al respecto para justificar esta afirmación, basta con solo asomarse a las estadísticas sobre la situación mundial en aspectos tan críticos como las muertes por hambre en el mundo cada año (es muy fácil acceder a estos datos y sus fuentes). ¿Estos millones de personas perciben la crisis de la que hablan los medios de comunicación?, es más ¿Perciben la situación de su crisis cuando no han vivido más que en esa situación desde que nacieron a la vida?

25. T. O. C 2022 Lc 16,1-13

La cadena más profunda del hombre es el egoísmo que busca siempre el beneficio propio

La narración de Lucas nos revela que el dinero -Mammona- reclama absoluta primacía. Este egoísmo crea las cadenas estructurales que dan lugar a la injusticia, a la opresión, a la mentira. Lo vemos fotografiado en el administrador injusto. Esta cadena última que ata al hombre la llama Jesús: el pecado personal.

¿Quién es el “hijo pródigo? No soy yo el que vuelvo a Dios, es Dios quien vuelve a mí.

24. T.O. 2022 C. Lc 15, 1-32

Realmente, la parábola de Jesús, está dicha precisamente para los hermanos representados en el hijo que se quedó en casa. La parábola está dicha con ese centro intencional para los que no creían ser hijos pródigos, para las personas buenas que no han cometido nunca grandes pecados, que son fieles observantes de las observancias. ¡Para ellas es urgentísima la conversión! Hoy esto se ha puesto en evidencia con la pandemia.

23. T.O. 2022 C. Lc 14,25-33

“Quien no renuncia a todos sus bienes, no puede ser discípulo mío”

Proyecto de vida no aceptable para la mayoría de los hombres y mujeres del planeta Tierra. El evangelio es tan real que nos dice que nos paremos a reflexionar, a examinar si tenemos medios y fuerzas para emprender y lograr lo que se pide al seguidor de Jesús.

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