Contemplación

Persona, nº 76

Marcelino Legido
12,00 €
Descripción

Marcelino Legido

  • Colección Persona, nº 76, 2022
  • ISBN: 978-84-15809-80-7
  • Páginas: 233

Editorial Mounier se complace al publicar estas perlas, como lo hiciera con la Aproximación a la oración de Jesús. El autor, gran pedagogo, y acompañaba sus palabras con dibujos estilizados de gran valor artístico, hasta incluso en la correspondencia privada. La buena noticia es que dichos dibujos se mantienen aproximadamente en la primera cuarta parte de sus páginas, y la mala es que en el resto de ellas desaparecen...

En lo referente al título, que no lo tenía, hemos preferido el de Contemplación no sólo porque su autor designa así a cada uno de los capítulos, sino también porque en ellos se trata temáticamente de reflexiones contemplativas para la acción de los amigos de Jesús. Contemplación no son unos manidos"ejercicios espirituales", ni cursillos, ni conferencias, ni clases, ni charlas, ni mucho menos un coaching moderno para sentirse bien, sino -como él mismo lo dice en estos memorables encuentros- una contemplación del misterio trinitario por los caminos amorosos de la cruz en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo y en favor de la entera humanidad.

De la vida y la obra de Marcelino Legido, el profesor rico en pobreza, dan breve pero cumplida cuenta los dos prólogos que abren este libro. Contemplación, fue explicado y dibujado a las hermanas del monasterio cisterciense de Arévalo (Ávila), y a los sacerdotes de la zona del Duero, colectivos ambos a los que enseñó con todo celo apostólico a lo largo de los años. Del abandono de todo lo relativo a Marcelino Legido, mejor no decir nada. Queden en silencio la incuria de las personas y de la propia jerarquía de la Iglesia católica española, y el patetismo de algún miembro de su familia que nos llamó para interesarse por los derechos de autor de Aproximación a la oración de Jesús...

De nuevo se ha procurado en esta publicación evitar algunas reiteraciones propias del estilo oral y pulirla en algún momento, aunque muy poco, ya que Marcelino Legido hablaba con la misma fluidez hermosa con que escribía, una literatura mística de primerísimo orden pese a sus esfuerzos por ser lo más sencillo posible. Belleza y sencillez profundas de una persona sin par.