El sentido de la vida en Gabriel Marcel

Persona, nº 44
Fernando López Luengos
12,00 €
Descripción

Fernando López Luengos

  • Colección Persona, nº 44, 2012
  • ISBN: 978-84-96611-97-9
  • Páginas: 247

Fernando López Luengos es doctor en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid con una tesis sobre Gabriel Marcel que ha servido, en buena medida, para elaborar el presente volumen destinado al público en general. También ha escrito una biografía sobre el mismo autor. Casado y padre de cuatro hijos, es profesor de Secundaria y Bachillerato en un instituto público de Toledo desde hace más de veinte años. Es vicepresidente de la asociación de profesores Educación y Persona desde la que ha mantenido una posición de denuncia contra el proyecto ideológico de la asignatura Educación para la Ciudadanía. Sus artículos en varios medios digitales y de prensa escrita se han centrado prioritariamente en la problemática de la educación española así como en la transmisión de valores centrados en la persona.


No importa el cómo del sufrimiento, importa el porqué; no importa cómo vivimos, importa su porqué. El problema del sentido es el fundamento sobre el que se sostiene toda forma de reflexión y toda forma de valoración. Incluso la actitud ante el hecho religioso es precedida por esta inquietud punzante que nos arrastra hasta el abismo de la condición trágica de nuestra existencia.

El problema del sentido como cuestión previa a toda filosofía ya había sido planteado hace más de un siglo por Nietzsche. Pero el filósofo alemán lo había resuelto cerrando el círculo sobre el sujeto mismo: no existe un sentido, no existe finalidad; El propio individuo que se interroga es la respuesta, y el sentido ha de crearse en absoluta indeterminación. Su aportación más meritoria tal vez ha sido el haber sabido plantear la cuestión en toda su profundidad, cuando la filosofía de su época –el Idealismo– se esforzaba en desechar toda reflexión sobre lo individual y concreto como irrelevante para la comprensión de la realidad. En esta misma dirección, la Filosofía de la Existencia en la que se mueve Gabriel Marcel representa la forma de pensamiento que ha logrado romper los moldes artificiales que la filosofía idealista había impuesto a la realidad: para el Idealismo la razón es la medida de la realidad; y todo lo que escapa a los esquemas racionales ha de ser arrojado al abismo de la ignorancia… Sin embargo ¿quién juzga a la propia razón? La filosofía de Gabriel Marcel –mucho antes de que Sartre fuera siquiera conocido– se caracteriza por rastrear las condiciones de posibilidad de toda filosofía desde sus raíces existenciales. Pero, a diferencia de Nietzsche, considera que la misma exigencia de sentido revela el germen de algo que trasciende al propio individuo que se pregunta. Esto significa que el sentido no debe ser creado sino descubierto.

Este sentido es percibido a partir de la interpretación del pasado personal, en función de lo que se descubre como valioso cuando proyectamos nuestra existencia hacia el futuro. La persona no sólo no estaría ciegamente condicionada desde su pasado como proponía Freud, sino que su ser se proyecta hacia el futuro en función de unos valores descubiertos y asumidos personalmente. Todo ello configuraría el ámbito de una libertad que escaparía a los condicionantes reduccionistas que la filosofía moderna pretendía descubrir en el ser humano. De este modo, Marcel concuerda con las reflexiones de Víctor Frankl, lo cual resulta más significativo si tenemos en cuenta que ambos autores desconocían sus respectivos pensamientos como se demuestra en este trabajo. Por eso, más que de influencia habremos de hablar de confluencia, y una confluencia que pone más de relieve la autenticidad y oportunidad de sus pensamientos.