Identidad

Imágenes de Dios - Luis Enrique Hernández y Carlos Díaz

Querido Carlos:

Durante varios meses hemos estado debatiendo en un nuevo foro que coordino: FE ADULTA,  sobre la idea que tenemos de Dios y cómo afecta a nuestras vidas. Sabiendo que “preguntar por Dios es razonable” y necesario, 25 personas hemos estado analizando  las imágenes que durante años hemos venido elaborando sobre Dios, heredadas de nuestros padres en principio y reconstruidas y adaptadas por cada uno de nosotros a medida de que hemos ido creciendo y hemos descubierto cómo esa imagen ha afectado a nuestra forma de dirigirnos a Él, de entender a Dios, de ofrecernos esperanza a este mundo, aparentemente sin rumbo, de actuar en nuestra vida… en definitiva, ha venido condicionando y motivando nuestra fe (Matar a nuestros dioses, J. M. Mardones).

Ha sido un proceso rico, si bien, además de responder a nuestras dudas y afianzar un concepto de Dios más auténtico, también nos ha dejado muchos más interrogantes, material reflexivo para seguir trabajando.

Por ese motivo y como referencia válida que siempre me ha aportado tu buen criterio, me animo (me atrevo) a proponerte, si fuera posible, tu reflexión sobre algunos aspectos que me quedan pendientes.

Tu verás si puedes encontrar un hueco entre tus múltiples ocupaciones para poder pensar juntos en este tema, si no… como siempre te digo, no pasa nada y gracias de antemano sea cual sea tu respuesta.

1. ¿Quien es Dios para ti?

Es difícil no concebir a Dios como ‘alguien’, es decir, como ‘persona’ a quien puedas dirigirte, hablar con Él, rezar, compartir… Sin embargo, Dios no tiene rostro, aunque desde nuestra necesidad antropomórfica le hemos dotado de imagen (persona de mayor edad que Jesús, su hijo), lo hemos ubicado (“Que estás en los cielos”, en el padre nuestro). Sin embargo Dios no tiene rostro humano ni ubicación. Podríamos decir que está en todas partes y en ninguna.

¿Nos llevaría a pensar que Dios es Espíritu, una fuerza que habita el universo, en lo creado, en las personas animales y naturaleza, que cada uno de nosotros somos una parte de ese Dios, capacitados para el bien, por tanto… ¿pero también para el mal? Que Dios no es un sujeto extraño exterior a nosotros sino que forma parte de nosotros y de todas las cosas que existen… Pero ¿cómo podría llamar ‘padre’ a algo que no dispone al menos de cierta ‘personeidad’? ¿A ‘algo’ que, estando en todas las cosas… no existe realmente como ‘alguien’?

¿Cómo entender a un Dios ‘todopoderoso’ creador del universo y que al mismo tiempo sea frágil, débil, que se incapacita para actuar como Dios, que no impide el mal, ni la muerte, ni el sufrimiento de este mundo, ni incluso, si se llegara a dar, la destrucción del mismo (cambio climático, arsenal nuclear)? ¿Sería posible imaginar una nueva extinción del ser humano, como señalan algunas corrientes biológicas, cada vez con más voz, como ya ha habido otras desde la época de los dinosaurios, hombre de Neandertal, de Cromagnon…? “El hombre no es el centro de la creación. La creación es un todo con distintas fases. Puede ser que esta fase nuestra termine, pero seguro que la vida surgiría de otra forma dentro del proceso creativo, en otro sitio o tal vez en la propia tierra. El ciclo volvería a empezar…”.

¿Sería posible imaginar una extinción de la humanidad que conocemos, después de la implicación de Dios mismo a través de Jesús en este proyecto humano? ¿No supondría este final, el fracaso de Dios también?

 2. ¿Quien es Jesús para ti?

Decir que es el hijo de Dios no es mucho decir. Yo también, y tú, somos hijos de Dios. Lo cierto es que es un ser humano con plenas competencias de humanidad, pero con un cierto carisma transcendente, sus palabras llevan un mensaje que no es de su época, son vida para quienes se encuentran con él,  supera a todos los humanos y profetas que hayan vivido en la historia. ¿Es Jesús esa imagen de Dios que necesitaba el hombre? (quien me ve a mí, ve al padre)… Sin embargo este Jesús está muy condicionado por la cultura de su tiempo, por sus limitaciones, por su comprensión de su realidad, por las referencias que conocía y utilizaba, que le llevaban a comportarse, a veces a equivocarse como un ser humano de su época. Muere en la cruz sintiéndose abandonado… por alguien más que él, Dios. Por tanto es más que un ser humano convencional y no tanto como para ser Dios. ¿Es un profeta especial? ¿Es un ser humano con una gran inspiración divina? ¿Es Dios mismo hecho hombre?

 3. ¿Cómo actúa Dios con la humanidad, con el ser humano?

¿Qué es el ser humano para Dios? ¿Una pasión inútil? ¿Un divertimento? ¿Un banco de pruebas para otro modelo de humanidad posterior?

Se dice que Dios actúa con los empobrecidos de varias formas: 

1. Acompaña a quienes sufren en el dolor: Criterio que no es universal para toda la humanidad porque hay una gran mayoría que no le conocen o no creen en Él, acompaña en el sufrimiento pero no lo evita. De hecho dice que los pobres son sus preferidos, pero los pobres comentan que “si trata así a sus preferidos, de vez en cuando podría preferir a otros”. ¿Para cuándo las promesas de las bienaventuranzas… son para el más allá, para otra vida?

2. Sufre con las víctimas de este mundo: Puede ser que Dios acompañe en el sufrimiento de la humanidad… o al menos eso se supone, pero tampoco se sabe con certeza, porque Dios es Dios y no se sabe el nivel de sufrimiento que puede causarle a un Dios el dolor humano… En cualquier caso, tampoco resulta muy consolador que alguien sufra por mí, a mi lado, y no haga nada por evitar mi dolor. Yo no quiero que nadie sufra por mi causa, lo que quiero es evitar el sufrimiento.

¿Somos nosotros los responsables del sufrimiento humano y por tanto de su eliminación? ¿Quién dejaría en manos del ser humano tamaña misión? Si como referencia tenemos los orígenes del ser humano desde sus inicios más humanoides, 600.000 años, lo único que hemos evolucionado es a sofisticar la barbarie, puesto que los conflictos originados por los humanos entre sí antes se dirimían a cachiporrazos y ahora con misiles, siendo básicamente el mismo leit motiv lo que los mueve, a saber: el interés y conveniencia de ‘lo mío’ o su extensión ‘lo nuestro’.  How many times must the cannon balls fly Before they’re forever banned? The answer, my friend, is blowin’ in the wind, decía Bob Dylan en su célebre canción.

¿Cómo crees que actúa Dios en la historia de la humanidad? ¿Para qué tanta pasión, esfuerzo, lucha, sufrimiento, muerte…? ¿Acaso nos está llevando a conseguir triunfo de los valores humanos que nos hacen personas, el Reino de Dios que “está aquí… pero todavía no”?

En fín, disculpa la extensión de algunas de las cuestiones que quiero compartir,  las cuales me interesaría mucho confrontar contigo, a sabiendas de que es necesario ir buscando respuestas a ciertas preguntas, aunque sea a modo intuitivo, porque es necesario conocer a quien seguimos para poder afianzar nuestros pasos y nuestra esperanza. Porque preguntar por Dios es razonable y necesario.

Un abrazo cordial y agradecido,

Luisen

***** 

Querido hermanito: 

 Mil gracias por tu escrito. Seré breve, pues te envío abajo un articulito ad hoc y un libro inédito, que puedes usar como quieras sin citar al autor.

 1. Quién es Dios para mí

Dios es una mera palabra sin contenido semántico, pues no se le puede definir, nadie lo ha visto. Después de escribir una Teodicea y muchos libros, esa es mi conclusión. Son tantas las ideas de Dios, y tantas y a veces tan nefastas las invocaciones a Dios, como dijo Buber, que no puede usarse su nombre sin confusión. Dios es una X, pero resulta casi inevitable tratar de pensarlo para explicar al hombre y al  mundo, aunque no se crea en Él. En resumen, no utilizo la palabra Dios.

 2. Quién es Jesús para mí

Es mi Dios, el Señor en quien Dios se hace presente y concreto en mi vida, en el cual vivo, me muevo y existo, pese a mis pecados. Cuando hablo de Jesús hablo de Dios, aunque cuando hablo de Dios no hablo de Jesús, pues no son términos equivalentes. Jesús es Dios para mí, y no un muchacho excelente y milagroso ni un hombre buenísimo sin más: ningún hombre que sólo sea hombre es santo. No puedo entenderme a mí  mismo como criatura amada sin referirme a Jesús. Luego me acercan a Jesús mediaciones, maestros que para mí son santos, como Marcelino Legido, Emmanuel Mounier y muchos más. No creo en los santos porque los canonice la Iglesia, sino al revés: si la Iglesia (cualquier Iglesia) los reconoce ha de ser porque ellos son santos. Hay muchos santos no canonizados, y muchos canonizados no santos. Tampoco aquí hay una equipolencia.

3. Cómo actúa Dios en la humanidad

No lo sé, a veces no veo su presencia, pero siempre espero e invoco su presencia, como Job en el estercolero. Ni siquiera la locura me apartó de Dios, por gracia suya. Dios es incompatible epistemológicamente con el problema del mal. No pocos han abandonado su creencia en Dios porque no lo ven compatible con la omniprovidencia divina, con la realidad de lo maligno. Si sólo fuera por mi condición de animal racional, tampoco yo creería en Dios, aunque –para decirlo todo– quien niega a Dios por causa del mal debería dar las gracias a Dios por causa del bien en el mundo, que ningún simple mortal puede monopolizar. Otro nuevo dilema.

Yo no sé, ni quiero, ni puedo vivir si no es desde el amor que Jesús me tiene. De no ser así no tendría rubor en decir que ya estoy fatigado por la vida. Mas, incluso siendo así, ya no sé proclamar en el nombre del Señor Jesús bendito sino que estoy ilusionado por la vida y en la lucha sin ceder a la desesperanza.

Un gran abrazo,

Carlos