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¡Locos de todos los países, únanse! - Carlos Díaz

Por lo general, dislocarse el cerebro está peor visto que dislocarse una pierna. Pero los hombres somos tan necesariamente locos, que sería otra especie de locura el pretender no serlo.

La esquizofrenia es la madre de todas las locuras; ella alberga el resto de las enfermedades mentales; de ellas, la paranoia es más dolorosa por lo destructivo de su relación.

Se está loco porque la longitud de onda del emisor rebota en la longitud de onda del receptor. Locura es diálogo para besugos.

También se está loco por creerse superior a los superiores a uno e igual a los iguales.

El más tarumba deviene para sí mismo la divina garza envuelta en huevo. Todo soldado lleva en su mochila el bastón de mariscal.

Quien está loco y lo sabe está menos loco.

Quien cree que está loco y no lo está, al menos para sí está loco.

Loco es el otro, y el más loco el que más lo cree.

El loco se pone el mundo por montera al creer que los locos son los demás.

Todo loco necesita un espejo. Nietzsche, el gran demente, nos dio la pauta al final de su trágica existencia.

La locura aumenta con la envida comparativa. A Francisco le gritaban pazzo por su renuncia a la herencia de su hacendado padre; a Galileo le encerraron los “sabios”.

Locura del pueblo: Antes Barrabás que Jesucristo.

El poder enloquece. A mayor poder, mayor distorsión de la realidad.

La impotencia del no poder también enloquece, es la no entrada en la realidad.

El tonto es listo por la licenciatura, el listo es sabio por el doctorado, el omnisciente por el doctorado honoris causa. Ninguno por sí mismo.

Cada loco se reserva para sí el principio de inocencia; los demás deben demostrarla en los tribunales.

El loco es el único animal que instala la trampa, pone la carnaza, y mete en ella la pata.

No te acerques a una cabra por delante, a un caballo por detrás, ni a un loco carente de humor por ningún sitio.

Sabiduría y locura son una misma puerta giratoria, entras loco y sales cuerdo, entras cuerdo y sales loco, a veces te atrancas.

A veces estamos locos en casa y cuerdos fuera.

Locuras de juventud, memeces de vejez.

Quien piensa que el gozne o quicio de la puerta de la entera humanidad es él, está más desquiciado que la entera humanidad.

Quien supone que las puertas están para ser derribadas, es un loco peligroso porque abrirá las puertas de la desolación.

Quien defiende que una puerta únicamente está para abrir a otra puerta ha leído demasiado a Kafka.

Dime cómo usas las puertas, y te diré quién eres.

Todo animal rebañego llama locos a quienes van en sentido contrario al suyo. Nosotros somos más, luego ellos son menos.

Dos locos amigos se sienten cuerdos: la sabiduría es para ellos una locura compartida, dos enamorados trastornados por el mismo bebedizo.

Cuando uno es menos loco que otro, el menos loco es arrastrado por el que lo es más. Todos queremos ser el perro de arriba.

Se creen más cuerdos quienes “concordan” o concuerdan cuerdamente en la cordada de ascenso, aunque vayan sin brújula y desnortados. Van todos, luego van.

Cuando dos disputan, uno de los dos está peor que el otro.

Sería imprescindible diseñar un mapa de las dos locuras, la ajena y la propia.

Ninguna locura es semejante a otra. Hay zonas más locas que otras incluso en nosotros mismos.

El necio llama loco al sabio, al que odia.

Si te pasas de sabio estás listo.

El vulgo respaldado en su infalible omnisciencia grita: ¡el pueblo unido jamás será vencido, no nos moverán, etc! Ya les moverán para que no se muevan…

El sabio es un loco sublime. Pero Grullo: dos sabios, dos locos sublimes.

Un rebaño de sabios es un rebaño.

Locos egregios han sido los que han tenido razón veinticuatro horas antes que el común de la gente.

Solo los locos egregios son sabios, pues se salen de la grey (e/gregios).

¿Vale más sabio solo que mal acompañado? Un sabio sin compañía no es todavía un sabio.

A más sabiduría mayor dolor, mayor cansancio, mayor desgajamiento.

Los sabios no son de este mundo, porque en este mundo reina la conjura de los necios.

¿Un millón de moscas comiendo mierda nunca se equivoca?

Quien dice no padecer algún desorden de carácter es un pedante, antítesis del sabio.

El sabio no pertenece al genérico homo sapiens, cada sabio es un ángel que agota su especie.

¡Pobre del perfecto! Sabio es una cosa, perfecto es otra. Lo perfecto es lo concluido. Lo concluido no aprende. Luego lo que no aprende no es sabio. Hegel decía que ni Dios escapa a esta lógica, aun siendo el que más aprende. Estos filósofos locos…

No está tan clara la relación entre desmesura y locura. Lo único que no es una locura es el amor porque cuando es bueno nadie lo puede medir, y cuando es malo tampoco.

Nada hay tan bueno que no pueda enloquecer: el amor es la prueba. Si no hay locura no hay amor, esa desmesura que por nada puede ser medida.

Locura es el sueño de quien está despierto, y por eso también locura es el fruto de la sabiduría que ama.

Nadie hay tan loco del que no pueda aprender algo el cuerdo, ni tan cuerdo que de él no pueda aprender algo el loco.

Y hasta aquí un individuo tan loco que rechaza toda inmunidad si ella es de rebaño; que a pesar de sus filias y fobias está empeñado en mejorar la especie humana en su propia persona; que sigue perdiendo tiempo y dinero cada vez que escribe un artículo como este; que desea fervientemente que exista un ser que nos ame desde siempre y para siempre, porque entonces, aunque su locura no muera, vivirá amada. Así que, ¡loquitos y loquitos de todos los países, únanse!

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