Conciencia y amor. Ensayo sobre el nosotros

Persona, nº 43
Gabriel Madinier
12,00 €
Descripción

Gabriel Madinier

Traducción de Carmen Herrando

  • Colección Persona, nº 43, 2012
  • ISBN: 978-84-96611-96-2
  • Páginas: 106

Gabriel Madinier (1895-1958) fue profesor de las universidades de Montpellier y Lyon. Enraízado en la corriente de la filosofía del espíritu francesa, sigue el método reflexivo, de ilustre tradición en Francia, aplicándolo a los temas que han sido de su mayor interés, especialmente la búsqueda, a través de las manifestaciones concretas de la conciencia, del acto originario del yo. Un yo que cuando, para conocerse, se fija, entonces se pierde, mientras que en su movimiento de afirmación toma conciencia de sí, que es conciencia de relación, ya sea a los valores, a los otros, a Dios... Los titulos de sus obras principales indican bien el núcleo de su filosofía: Conscience et mouvement (1938); Conscience et amour, essai sur le "nous" (1938); Conscience et signification, essai sur la réflexion (1953), La conscience morale (1954); Vers une philosophie réflexive (1960); Nature et mystère de la famille (1961). Conscience et amour, essai sur le "nous" (1938), la obra que ahora presentamos es la primera traducción al español de una obra de G. Madinier.


La justicia sola no funda la vida social; esta afirmación puede parecer una paradoja, puesto que ubi societas, ibi ius, como decían los antiguos. No hay duda de que no queremos alinearnos en falso contra este adagio, pero hay que reconocer que no indica más que una condición necesaria, y no la condición suficiente, de la verdadera vida en sociedad. En efecto, afirmar los derechos de los miembros del cuerpo social, afirmarlos siempre con mayor precisión y garantizarlos con más fuerza y mayor seguridad, es algo excelente y necesario para las relaciones humanas; pero la vida social exige más.

Para asegurar una vida social mejor, el crecimiento de la justicia debe ir acompañado de un aumento del amor. Ahora bien, el desarrollo de la justicia no produce de forma automática un crecimiento de la caridad... Que se nos entienda bien. No decimos esto para desacreditar el progreso de las instituciones y de las leyes, pues apelamos con todas nuestras fuerzas al reinado de una justicia cada vez más perfecta; pero, sencillamente, queremos mostrar que el progreso de la justicia, por sí mismo, no es todo el progreso moral y social, y que tampoco lo produce necesariamente.

El ser es amor, lo que quiere decir que un ser sólo es en la medida en que ama. No hay que ir desde los seres hasta el amor, sino desde el amor hasta los seres. No son los seres singulares los que producen el amor, sino que es el amor quien los produce a ellos. Y para ser, sólo tenemos que entrar en el amor.

El ser es sociedad, pero no hay varias sociedades. No hay más que una sociedad, como sólo hay un amor. El amor no tiene límites, porque es universal y abierto. Nuestra tarea de hombres consiste en suprimir lo más que podamos los obstáculos que impiden extenderse al amor y establecerse a la sociedad.

... no hay que distinguir entre justicia y caridad como si constituyesen dos ámbitos del deber, porque en realidad constituyen dos aspectos o dimensiones del acto moral, al ser éste, indivisiblemente, justicia y caridad.

... la justicia sin el amor sólo es egoísmo... la caridad no es ella misma sin la justicia.

Gabriel Madinier