Tu rostro me duele, luego existes para mí (Encuentro sanador y experiencia de sentido)

Persona, nº 58

Carlos Díaz
12,00 €
Descripción

Carlos Díaz

  • Colección Persona, nº 58, 2016
  • ISBN: 978-84-15809-39-5
  • Páginas: 155

El presente libro responde al horizonte de las preocupaciones del autor, en la medida en que se considera asimismo personalista comunitario. En el terreno de la psicología, el personalismo comunitario, habiendo tenido los mejores mimbres para hacer una buena cesta, no la hizo. ¿Y cómo salir de este trance? Fundamentando. Nadie goza de bulas ni de atajos argumentativos, hay que ahorrarse a ser posible polémicas y tediosas argumentaciones -sordera prelocutiva no es mejor que sordera poslocutiva, ni a la inversa- y trabajar mucho más si se quiere atender al sufrimiento y al dolor, que están llegando a ser intolerables. La casi insólita aportación de hoy consiste en argumentar a favor de la primacía (no la prioridad) del conocimiento amoroso respecto del intelectual; sin ignorar que también el amor puede ser fuente de error, el amor conoce más y mejor. Sin despreciar la firmeza de la lógica abstracta, el amor es energía en movimiento; no basta con saber, hay que enterarse, vivir con la persona entera, pues sólo se ama lo que se conoce en carne y hueso y al propio tiempo sólo se conoce lo que se ama, nadie entra a la verdad sino por el amor con la unidad de todo su ser; pensar es ya ad-optar una figura de realidad: el pensamiento humanamente riguroso comienza por la adaptación, pero termina en adopción, siendo la realidad un apoderamiento mediante la aprehensión de realidad: necesitamos lo ad-optado para ser nosotros mismos. Porque querer viene de quaerere, buscar, tratar de obtener; se busca para que sea más dulce el hallazgo, se encuentra para buscarlo con más avidez. Las emociones son vivencias afectivas intensas, bruscas, con inicio súbito y duración breve: una crisis de angustia, un ataque de pánico, un susto. Las pasiones (celos, odio, envidia, enamoramiento) son duendas tan intensas y prolongadas que pueden llevar a deformar la realidad haciendo de un grano de arena una montaña y a convenirse con el tiempo en deliroides. Los sentimientos tienen un correlato neurofisiológico y todo un mundo que también ha de ser investigado acucio-samente. Este libro, por su parte, quiere hacerse cargo del sufrimiento, cargar con él más allá de las teorías en liza, y responderle con esperanza.