Maurice Nédoncelle

Traducción y notas de Carlos Díaz

• Colección Persona, nº 15, 2005
• ISBN: 978-84-95334-88-6
• Páginas: 119

Este volumen tiene como meta estudiar el proceso personal y no la naturaleza misma. Tras haber intentado brevemente captar la orientación del yo hacia Dios, nos dedicaremos sobre todo a mostrar su desarrollo en la encrucijada de la experiencia sensible. La objetividad que deja libre el sujeto vuelve a él y se convierte en mediadora de su consumación.

Pero, si la persona debe inscribir en sí misma el orden anónimo de las cosas y de las ideas, ¿Cómo se expresa la persona? ¿Pueden serle aplicadas las nociones de ser y de tener? La cantidad que conviene a la conciencia ¿sigue siendo la de la naturaleza? Y ¿en qué consiste la libre casualidad del yo encarnado? Tales son las principales preguntas cuyo examen completa el libro que anteriormente habíamos consagrado a La reciprocidad de las conciencias. Allí habíamos establecido algunos principios. He aquí hoy una aplicación de ello.

Los capítulos II a VII de Persona humana, según mi intención primera, habían de constituir la segunda parte de mi tesis sobre La reciprocidad de las conciencias, lo que hubiera comportado cuatro partes en lugar de tres. Pero hube de hacer dos libros en lugar de uno y, al ser amputado el segundo, hube de reconstruir uno. En consecuencia, el capítulo inicial sobre “Los aspectos concretos de la persona” resume la primera parte de La reciprocidad para los lectores de Persona humana (M. Nédoncelle)