Carlos Díaz

• Colección Persona, nº 26, 2008
• ISBN: 978-84-96611-31-3
• Páginas: 150

Cada vez que un hombre piensa se introduce novedad en el mundo, al menos novedad subjetiva: lo que ese ser humano piensa deja de ser novedad para él. En este libro tratamos de saber si el así llamado Nuevo Pensamiento es tan nuevo como para que marque un antes y un después. A esto tenemos que responder que su posible novedad histórica radica en ese giro que significa pensar a partir de la fe –y más en concreto de la fe judía- con categorías reflexivas (y por tanto, filosóficas) hebreas. Más que de novedad deberíamos, en todo caso, hablar de desplazamiento: desplazamiento del predominio helénico a favor de una más antigua y ahora también más nueva forma de racionalidad que es de matriz hebrea. Creo firmemente que esto es lo que entienden por Nuevo Pensamiento los propulsores de dicha forma de pensar.

¿Significa eso que sin la ayuda de las categorías aportadas por la fe judía que subyace al pensamiento helénico no cabe hacer filosofía? Pues sí, eso significa, especialmente en novopensadores como Lévinas, Rosenzweig, Buber, Cohen, etc. Este último sobre todo, Hermann Cohen, maestro directo o indirecto de los novopensadores, es desde luego el exponente más claro del giro: siendo el más neokantiano de los neokantianos, abandonó a Kant y se entregó a JHWH. Aunque no de cualquier modo ni a cualquier precio, sino con profundo análisis filosófico.