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Carta desde Brasil

Publicamos la carta que nuestro amigo Castor Bartolomé ha enviado a Luis Enrique Hernández: 

Querido Luis Enrique:

¡La barbarie siempre nos asombra! Durante toda la semana, estábamos acompañando varios grupos de redes bolsonaristas y veíamos venir este movimiento, aunque no creíamos llegasen a tanta destrucción, de los tres grandes símbolos de la democracia: Congreso, Tribunal Constitucional y Palacio de Gobierno. El objetivo era ocupar los tres poderes: concomitantemente en todas las grandes ciudades de Brasil grupos irían a las distribuidoras de gasolina para paralizar el país a través de piquetes que impidiesen la distribución de combustible. Y lo intentaron. Aquí mismo, donde vivo, hay un gran refinería de petróleo, un grupo lo intentó. Pero las imágenes de la destrucción del patrimonio histórico fue un tiro que les salió totalmente por la culata. Esas imágenes muy fuertes, destruyendo obras de arte, patrimonio inmaterial de Brasil, destruyendo las instalaciones de los tres grandes símbolos de Brasil, dejaron a toda la sociedad perpleja, incluso los partidos y políticos bolsonaristas se están desmarcando de ese movimiento diciendo que eso es inadmisible, etc.

Insisto, ese hecho está contribuyendo para legitimar de modo más enfático al gobierno Lula y las medidas que están tomando para desconstruir y responsabilizar civil y penalmente los mandantes y los ejecutores de esta barbarie. La situación se ha revertido. Ahora el bolsonarismo cayó en un especie de agujero sin fondo que ellos excavaron. Hay una especie de consenso nacional de que eso es inadmisible. Pero esa barbarie no habría sido posible sin la complicidad organizada de la policía de Brasilia, del secretario de seguridad y de su gobernador. Ambos están dimitidos y el secretario con orden de prisión, viajo la víspera para EEUU, para justificar que no estaba aquí.

Hay grandes sospechas que servicios de inteligencia del ejército también apoyaron, incluso el gobierno de Lula anda con pies de plomo porque sospecha de que dentro de los servicios de inteligencia del Gobierno hay muchos agentes, policías, que son de alma bolsonarista y que filtran todas las informaciones. Por ejemplo, las puertas del palacio de gobierno no fueron rotas para entrar, porque alguien (policías de dentro) las abrió para que los bolsonaristas entrasen. Ese va a ser el punto más delicado y difícil de solucionar, pues una gran parte de militares y fuerzas de seguridad del Estado, en todos los niveles, se contaminaron fuertemente con el discurso y la mentalidad bolsonarista. Hay imágenes de capitanes de la marina, coroneles de tierra con sus mujeres en la invasión del domingo. Hay un vídeo que me llegó ahora de un coronel del ejército impidiendo que los policías prendan a los invasores ya detenidos dentro del Tribunal Constitucional.

Muy compleja la situación, pero como te digo, hay un consenso nacional de que es inaceptable el hecho y le está dando al gobierno de Lula un alto crédito político.

Castor Bartolomé.